lunes, 2 de mayo de 2011

Lorar...Morfina natural

Llorar hace bien

Un abanico de emociones intensas se oculta detrás de nuestras lágrimas; enterate de por qué está bueno liberarlas.


El paradigma cultural está cambiando: antes, el llanto era percibido como una expresión primitiva e infantil, que desnuda y deja al descubierto la debilidad del ser humano. Pero hete aquí la buena noticia: hoy, ser una Magdalena no está mal, sino todo lo contrario. Podemos vivir la debilidad sin tener que renunciar a la fortaleza. 


La vida misma se encarga de hacer añicos la ilusión de que podemos transitarla sin sufrir nunca. Ni lo sueñes, es insostenible. No nos autoengañemos: las cosas malas pasan y no tenemos forma de evitarlo. C’est la vie. Las personas nacen, pero también se mueren. Estamos juntos hasta que nos separamos. Creemos hasta que nos desilusionamos. Deseamos todo hasta que nos damos cuenta de que no podemos tener todo. 

Y, ante estas situaciones, no cabe duda: después de ser las reinas del melodrama, nos sentimos mejor. El llanto repara y libera, trae paz y relajación –no importa si la tristeza es real o provocada por la vigésima vez que viste Los puentes de Madison–. Lo sabemos: después de llorar como marranas, es posible que nos quedemos dormidas y que al levantarnos –oh, sorpresa– estemos un poco menos tristes que antes. 

Está comprobado científicamente que llorar desestresa. No es novedad que vivimos en una época de mucha tensión, en la que nuestro sistema nervioso parasimpático –el encargado de mantenernos a la defensiva y en alerta permanente ante las amenazas del medio– tiene mucho trabajo. 

El freno que necesitamos para compensar esa hiperactividad viene de la mano de esa sensación de "no puedo con todo esto, por favor, que alguien me ayude", y si nos entregamos al llanto y la tristeza, vamos a percibir cómo el cuerpo se acomoda a esa respuesta de relajación y se propicia un estado general de calma. Llorar y estar tristes nos permite entrar en el circuito del amor y del cuidado. Lo curioso es que el propio cuerpo genera una especie de "morfina natural" para paliar el dolor. Al entrar en un circuito de tristeza y maternaje de una misma, liberamos opiáceos y oxitocina. Estas dos hormonas ayudan a que las cosas te duelan menos. Son anestesias naturales, productoras de placer tranquilo. Llorar se vuelve un ejercicio que podemos poner en práctica, así como hacer actividad física, dejar de fumar o seguir alguna dieta alimenticia para sentirnos mejor física y emocionalmente. 

Y vos, ¿sos muy llorona? ¿Usás el llanto como terapia? 

1 comentario:

  1. Yo soy lo más llorona del planeta jajaja, pero bueno, me tienen que bancar así

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